Curiosidades

CÓMO NACIÓ NOSOTROS, LOS MALOS

La historia de Alejandra, Zacarías y sus mígacos nació una tarde de principios de 2010, mientras me encontraba confinada en mi torre mágica estudiando para un examen final. Hacía bastante tiempo que había empezado a darle vueltas a la idea de escribir una novela sobre unos seres que usasen la imaginación de las personas como fuente de energía para hacer realidad las historias, pero el asunto no terminaba de arrancar. Cuando asomó a mi mente la idea de unos malos de cuento novatos y un poco desastres, y al darme cuenta de que ambas ideas funcionarían de perlas como una sola, saltó la chispa. Así que, como todo buen estudiante habría hecho, dejé a un lado los apuntes de Bioquímica –qué se le va a hacer, la llamada de la inspiración es demasiado fuerte a veces –y me lancé a escribir los primeros dos capítulos. Como la responsabilidad hacía que me sintiera culpable, tuve que dejar apartada la historia que con tanto entusiasmo había empezado hasta que por fin tuve algo de tiempo libre durante el verano. El examen salió bien, por cierto.

Y así, con un montón de esquemas, apuntes y kilos de noches acostándome a las tantas y, a menudo, riéndome sola ante el teclado como una majareta, conseguí poner el punto y final a Nosotros, los malos. Fue la primera novela que logré terminar del todo y, por tanto, aquel momento supuso un orgullo para mí. Tan emocionada me encontraba con mi pequeño proyecto terminado que lo envié a un concurso de los grandes, a ver si había suerte. Inocente de mí. Después de meses en vilo por si había noticias del jurado, el fallo pasó sin pena ni gloria y sin noticias de mi pequeñín.

Después de eso vinieron varios años de lucha durante los que escribí a un montón de editoriales y envié mi manuscrito a todas las que accedían a recibirlo. Algunas se interesaron pero no llegaron a dar el paso final. Otras me dijeron directamente que no. Muchas ni se molestaron en responder. Mientras tanto, yo seguía revisando el manuscrito, corrigiéndolo y mejorándolo un poco más cada vez, pues pensaba que cada editorial con la que contactaba podría ser la definitiva. Incluso llegué a publicar otra novela mientras tanto, Ontromus, sin que mis malos encontraran un hogar. Llegué a bautizarlo como “el manuscrito errante” como broma privada. Pero tenía que seguir intentándolo; varias personas habían confiado ya en mi historia y eso me hacía pensar que valía la pena.

Y un buen día, el equipo Triskel leyó el manuscrito y resulta que les gustó mucho. Así que nos pusimos manos a la obra con las nuevas correcciones (¡nunca son suficientes!), portada, sinopsis, maquetación… Y, después de años llamando de puerta en puerta, ¡Nosotros, lo malos fue publicado!


CURIOSIDADES

  • En un principio, el título del libro iba a ser Nosotros, los malos más malos. De hecho, se llamó así durante muchos años, pero a la hora de publicarlo decidimos acortarlo un poco y evitar la reiteración.
  • La mansión Amarantus lleva ese nombre por una canción del grupo Nightwish (Amaranth). Antes de empezar a escribir, yo ya tenía el esquema del libro planeado, así que sabía con antelación qué iba a suceder en cada episodio y ponía el título antes de escribir el capítulo en sí. En el momento en el que llegué al episodio de la mansión, llevaba varios días con Amaranth sonando en mi cabeza una y otra vez. Me pareció que era un buen nombre para ese viejo caserón y acabé nombrándolo así.
  • Con la emoción de la recta final, terminé de escribir el último capítulo a las cinco de la mañana. Estaba tan cansada y tenía tanto sueño acumulado que, al día siguiente, tuve que reescribirlo casi entero porque había quedado hecho una birria. ¡Si es que con falta de sueño no se puede pensar bien!
  • Al principio, Damiatt iba a ser un zombi; me gustaba la idea de un muerto viviente con siglos de no-vida que supiera más de lo que parecía. Sin embargo, cuando terminé de perfilar el personaje, me di cuenta de que no había nada mejor que un espectro para representar su halo misterioso.
  • No es casualidad que Nelio supiese lanzar hechizos, ni tampoco que Tamidia acudiese a él en busca de recetas para pociones…
  • ¿Has probado a leer el nombre de Noi-Suli al revés?